Una ganadora que fue de menor a mayor. En el salón principal del Sheraton Hotel Tucumán, con los deportistas ternados sobre el escenario y sus familiares siguiendo cada detalle, la 21ª edición de la Fiesta del Deporte de LA GACETA llegó a su momento más esperado. Cuando la periodista Carolina Servetto tomó el micrófono y anunció el nombre de la ganadora del premio mayor, el clima cambió por completo. El reconocimiento más importante de la noche tenía destinataria: María Emilia Filgueira, en la disciplina mountain bike, elegida Deportista del Año, en medio de una ovación cargada de emoción y significado.

La ceremonia volvió a mostrar la fortaleza del deporte tucumano. Atletas de 25 disciplinas fueron distinguidos como los mejores del año en sus especialidades, en una noche que celebró no sólo los resultados, sino también los procesos, el esfuerzo cotidiano y las historias personales que sostienen cada logro. Sin embargo, como marca la tradición, todas las miradas confluyeron al final, cuando se reveló quién se quedaba con la máxima distinción.

La votación fue tan ajustada como representativa del nivel existente. Filgueira se impuso con 10 votos, superando por apenas dos al tirador Joaquín Cisneros (h), mientras que el boxeador Rodrigo “C4” Ruiz completó el podio con seis sufragios. Un desenlace que confirmó la paridad y la calidad de los atletas tucumanos.

A los 42 años, la biker oriunda de Juan Bautista Alberdi coronó una temporada excepcional. En mayo se consagró campeona mundial UCI 2025 de cross country, en la categoría 40 a 44 años, en Australia, frente a las mejores exponentes masters del planeta. En agosto ganó el Rally Trasmontaña, la competencia más emblemática del mountain bike nacional, en la categoría principal de damas. Y en octubre ratificó su dominio continental al conquistar el Campeonato Sudamericano de XCC y XCO en Chile. Tres hitos que marcaron un año perfecto, construido desde la constancia y la convicción.

En el escenario, Filgueira tomó el micrófono y eligió un mensaje que trascendió lo personal. Pidió más visibilidad para todos los deportes, remarcó que muchas disciplinas amateurs se sostienen “a pulmón” y subrayó que ningún logro es individual. Sus palabras se cargaron de emoción cuando agradeció a su familia, el sostén silencioso detrás de cada entrenamiento.

Ya más tranquila, con el premio en sus manos, intentó describir lo que estaba viviendo. “No lo esperaba. Vine sin expectativas, disfrutando desde el comienzo el hecho de haber sido ternada, que ya es muchísimo entre tantos ciclistas de gran nivel que tiene Tucumán. En ese sentido ya me sentía una ganadora. Fue una gran sorpresa, una sorpresa muy linda”, expresó Filgueira, en diálogo con LA GACETA.

Al referirse a lo que significa sobresalir entre deportistas que también lo dieron todo durante el año, Filgueira relativizó el premio individual. “Podría haber sido para cualquiera. Cada uno vive su deporte de la misma manera: poniendo el cuerpo, el alma y la vida. Estábamos todos en iguales condiciones y yo iba a estar bien con cualquier resultado”, sostuvo.

Mientras que al ser consultada sobre qué momento del año la llevó hasta esta consagración, volvió a una idea que atraviesa su carrera. “Para mí los resultados son una consecuencia del día a día. Los títulos duran lo que dura una carrera, 50 minutos, pero la verdadera construcción está en cada entrenamiento, en cada día. Me quedo con eso, con todos los días de este año y de los años en los que vengo preparándome”, explicó.

La biker también hizo hincapié en la necesidad de ampliar el reconocimiento a todas las disciplinas. “Es importante visibilizar todos los deportes. No uno es más importante que otro. Vivimos en una sociedad donde el fútbol ocupa un lugar central y está bien, pero todos los logros deberían ser valorados de la misma manera”, señaló.

Hablar de la bicicleta es, para ella, hablar de identidad. “Subirme a la bici es conectarme conmigo misma, desafiarme. Es disciplina, libertad, sentir que puedo lograr lo que me propongo. En mi caso, esto ya se convirtió en un estilo de vida”, contó. Su camino comenzó desde un lugar cotidiano. “Arranqué por salud, para bajar de peso después de haber sido mamá, y después te vas enganchando, buscando nuevos objetivos, desafiándote”, agregó.

Su apoyo incondicional

El momento más íntimo llegó al hablar de su familia. “Mi marido, mis hijas, mis padres y mis hermanos son el pilar fundamental. Sin su acompañamiento yo hoy no podría estar recibiendo este premio. Mis hijas crecieron con una mamá arriba de una bici”, explicó. “Al principio sentía culpa por dejarlas tantas horas, pero entendí que les enseñé mucho más así. Amparo tiene 14 años y Lucía 10, y este premio es también para ellas”, dijo, emocionada.

A su lado, su pareja Víctor Alejandro Romero vivió la consagración desde otro rol, pero con la misma intensidad.

“La acompaño desde su primera carrera. Estuve en todas. Me gusta el deporte y sé lo que significa competir, por eso siempre la apoyo, no sólo en las carreras, sino en el día a día, cubriendo los tiempos de entrenamiento, la casa, el trabajo. Eso también es acompañar al deportista”, explicó su pareja, que también destacó el valor del evento organizado por LA GACETA. “Es hermoso que se reconozca a los deportistas. El reconocimiento incentiva, hace que uno quiera seguir compitiendo. Siempre es bueno que el esfuerzo sea valorado”, afirmó.

Al recordar el instante en que Filgueira fue nombrada ganadora, no ocultó la emoción. “Tenía el celular preparado. En un segundo se te pasa toda la vida de entrenamientos y carreras por la cabeza. Fue muy emocionante”.

Así, la 21ª Fiesta del Deporte de LA GACETA volvió a cumplir su misión: reconocer trayectorias, visibilizar esfuerzos y recordar que detrás de cada medalla hay sacrificio, familia y una vida entera dedicada a creer, pedalear y no rendirse jamás.